domingo, 20 de enero de 2013

¡Si tuviera que volver a nacer!



    Teresa, octogenaria en la sala pre-operatoria, se lamentaba de su desdichada vida. A los nueve años la pusieron a cuidar un niño, solo fue un año a la escuela, apenas sabía leer y escribir. Pasó hambre, trabajó toda la vida y cuidó de un marido muchos años enfermo, ahora con su pensión ayudaba a la familia de su hijo. 
    Las desgracias tienen muchas caras, la joven enfermera, alegre y positiva, trató de consolarla cuando le dijo que su marido murió en sus brazos, pero había que seguir adelante con optimismo. Teresa la compadeció y trató de animarla. De todas formas, dijo, si tuviera que volver a nacer y llevar la misma vida que hasta ahora, elegiría no nacer.

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